El portugués Gonçalo M. Tavares nos acerca al síndrome de Down en la novela Una niña está perdida en el siglo XX.
La historia del libro a simple vista, parece sencilla. Hanna, una niña con síndrome de Down está perdida en la calle, Marius la descubre mientras huye y abandona su propia búsqueda personal para asumir su cuidado y buscar al padre de la niña en la ciudad de Berlín.
Hanna tiene la única compañía de una caja llena de cartulinas con instrucciones. Mediante estas cartulinas ella sabe cuándo debe contestar su nombre, su apellido y normas básicas de educación, pero ninguna de ellas la obligará a revelar lo que no quiere revelar, como su origen o la identidad de su padre.
En la búsqueda del padre se cruzarán con diversos personajes que terminarán haciéndonos cuestionar el individualismo propio y nos invitan a mirar la realidad de una manera distinta. Aparentemente ella es quien necesita ayuda, la necesitada de la compasión del resto. Pero en realidad, ¿es ella o todos estamos necesitados de la ayuda de otras personas? ¿nos muestra Hanna la simplicidad y la visión sencilla y natural de las cuestiones que nos ahogan?
Hanna y Marius nos muestran dos características que se encuentran en cada uno de nosotros, la inocencia que conservamos y la sabiduría del paso de los años, la simpleza y la complicación, la huida de nosotros mismos y la búsqueda continua de lo que nos ayude a seguir adelante…
El aprendizaje de las personas con síndrome de Down, la necesidad de ayuda de cualquier persona, la simplicidad, la naturalidad, la no necesidad de complicarnos… son algunas de las enseñanzas que sacaremos de este libro.
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