Willard J. Madsen es un poeta nativo de Peabody, Kansas. Lingüista y profesor jubilado de la Universidad de Gallaudet, quedó sordo a la edad de dos años. Es experto en lengua de signos y ha realizado numerosas contribuciones en el campo de la lengua de signos.
Pero por lo que más es conocido este autor, que yo he descubierto gracias a Isa Heras, una de las personas que siguen el blog, es el poema “You have to be deaf to understand” (Tienes que ser sordo para comprenderlo) escrito en 1971, en el que nos cuenta cómo se siente diariamente una persona sorda, desde la infancia hasta la madurez, los rechazos que encuentra. También ha escrito el poema ¡No!, que responda a las expectativas erróneas de maestros de audición cuya opinión es con la lectura labial y la con habilidades de lectura labial y la capacidad de hablar con claridad, las personas sordas pueden encajar en el mundo de los oyentes como iguales.
Aquí os dejo el poema, traducido por Alejandro Oviedo para Cultura Sorda en enero de 2007:
Tienes que ser Sordo para comprenderlo.
¿Qué se parece a ser un niño pequeño
en una escuela, en un salón lleno de sonidos
con una maestra que habla, y habla y habla
y que luego, cuando se aproxima a ti,
espera que sepas todo cuanto ha dicho?
Tienes que ser Sordo para comprenderlo.
¿O al maestro que piensa que para ser inteligente
Debes primero aprender a hablar con tu voz.
Y así, obsesivamente, con manos agitándose frente a tu cara
te vapulean por horas y horas sin paciencia ni final
hasta que de tu boca salga algún sonido como el que esperan.
Tienes que ser Sordo para comprenderlo.
¿Qué se parece a estar lleno de curiosidad,
a tener una enorme sed de saber que llamas tuya,
con un deseo interno que arde como llama
y preguntarle a tu hermano, a tu hermana o a tu amigo
para que te respondan diciendo tan solo “ah, nada importante”?
Tienes que ser Sordo para comprenderlo.
¿Qué se parece a estar castigado,
la cara apretada contra una esquina,
aunque no hayas hecho en realidad nada malo
‐nada distinto a levantar tus manos
para tratar de comunicarle a un silencioso compañero
un pensamiento que llegará a tu mente una sola y única vez?
Tienes que ser Sordo para comprenderlo.
¿Qué se parece a que te griten
pensando que de ese modo te ayudarán a escuchar alguna cosa?
¿O a malinterpretar las palabras de un amigo
que procura explicarte el sentido de algo gracioso
y sólo logra que te sientas burlado?
Tienes que ser Sordo para comprenderlo.
¿Qué se parece a que provocar la risa en torno a ti
cuando tratas de repetir lo que se ha dicho,
sólo para estar seguro de que habías comprendido?
¿Y a cuando te das cuenta de no haberlo hecho,
y quieres gritar “por favor, ayúdame, amigo”?
Tienes que ser Sordo para comprenderlo.
¿Qué se parece a depender
de cualquiera que pueda oír
para llamar a un amigo,
o para telefonear en nombre tuyo a una oficina,
y verte obligado a revelar ante cualquiera cosas personales,
y descubrir que tampoco eso bastó
para que tu mensaje alcanzara su destino?
Tienes que ser Sordo para comprenderlo.
¿Qué se parece a ser Sordo y estar solo
en la compañía de quienes pueden oír,
y saber que a lo sumo puedes tratar de adivinar
lo que ocurre a tu alrededor,
y ninguna mano amiga hay junto a ti
que te asista en la imposible tarea de aprehender las voces y los sonidos?
Tienes que ser Sordo para comprenderlo.
¿Qué se parece a encontrarte en el camino de la vida
con extraños que abren su boca
y dejan salir de ella una línea apresurada
y no puedes ni entender las miradas que te lanzan
porque todo es nuevo y tú no sabes lo que ocurre?
Tienes que ser Sordo para comprenderlo.
¿Qué es semejante a comprender
unos dedos hábiles que describen una escena
que tú entiendes, y te hacen sonreír y estar sereno
con la “palabra hablada” de esa mano que se mueve
y te lleva, de alguna manera, a ser parte de este mundo?
Tienes que ser Sordo para comprenderlo.
¿Qué se asemeja a “escuchar” una mano?
Sí, tienes que ser Sordo para comprenderlo.
My Deaf Art and Cinema Film project realizan esta traducción a la Lengua Americana de Signos:
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